Fernando Alonso, como ese colega de la "grupeta en bici" que te saca la sonrisa con su pillería
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Al acabar el Gran Premio de Austria, (ganado por Lando Norris) un animado y sonriente Fernando Alonso se antojaba en el corralito como ese chaval que comentaba entusiasmado con los colegas las batallas de una carrera de karts de alquiler, disfrutando con los mejores momentos de acción. En este caso, unos colegas llamados Liam Lawson y Gabriel Bortoleto.
Buen aficionado a la bicicleta, Alonso se convirtió por un día en ese avispado colega de salidas que sabe chupar rueda para mantenerse donde sus fuerzas, en este caso un coche de carreras, no le permitirían estar. De esos que cuando se les recrimina el ventajismo, te ganan con esa sonrisa de simpatía de quien reconoce sus limitaciones pero no la pillería.
Se requiere un amplio fondo de armario como piloto para exprimir el resultado que el asturiano se sacó de la manga en el Red Bull Ring. Un séptimo puesto que no aparecía en las quinielas y producto de mezcla de astucia, disciplina mental y hábiles recursos (racecraft, que diría el argot en inglés) en pista, con el que cuajó la mejor carrera hasta el momento en 2025.
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Lo bien que se lo pasan Alonso y Bortoleto hablando de su primera batallita 🤪#AustriaDAZNF1 🇦🇹 pic.twitter.com/uWzclwhDn0
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"Es como cuando sales en bici con una grupeta y te pones el último y no das relevo ninguno y te quedas los cien kilómetros detrás, eso es lo que hice con Lawson, no tenía posibilidades de adelantarle", reconocía el asturiano al terminar. Aunque también tuvo tiempo para dar una pequeña exhibición final de cómo saber moverse a su pupilo brasileño cuando las piernas no daban para más.
Al margen del resultado puntual del Red Bull Ring, la moraleja para Alonso es cada actuación de este tipo, cada carrera a este nivel, es crucial para Fernando Alonso. Porque sigue mandando mensajes a Aston Martin y a su cúpula para que confíen que, cuando haya coche, habrá piloto, sin importar la fecha de nacimiento en el carnet de identidad.
De oca a oca y tiro porque me tocaCon ese coche "desconectado" durante todo el fin de semana, la undécima posición de parrilla adquiría gran valor para la carrera. Las tres zonas DRS del Red Bull Ring le permitían a Alonso echar el gancho a coches más rápidos y cuando más adelante clasificado, más opciones. Con el incidente de Antonelli con Verstappen llegó un regalo y dos rivales menos por delante. Se trataba luego de elegir un buen socio de rueda. Fue Liam Lawson, colega de estrategia a una parada.
EL ABRAZO ENTRE EL JEDI Y SU PADAWAN 💚
¡Qué momentazo entre Alonso y Bortoleto! 😍 El máster que ha recibido Gabri no se le va a olvidar en la vida #AustriaDAZNF1 🇦🇹 pic.twitter.com/zHJiejTxu8
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Con mejor pierna y pedalada, el neozelandés se encontró ya con una cosa verde en sus retrovisores, vuelta tras vuelta. El sábado, Alonso ya había avanzado su estrategia que luego ejecutó a la perfección. "Era de ciclismo, como una contrarreloj, pero sin dar un relevo. Iba a rueda todo el rato, así que no podía soltar el DRS de Lawson porque, la verdad, es que no tenía ritmo. De la curva 4 a la 9 me lo tomaba como si fuera una crono, y luego en la 9 le cogía la primera detección y desde ahí, con el DRS hasta la 1, me llevaba al segundo y del segundo al tercer DRS, era mi única opción". De oca a oca, y tiro porque me toca. Y así, hasta las dos vueltas finales.
En la vuelta 33, Alonso se sacudió el primer juego de medios. El asturiano reconoció que cuando el equipo le planteó la estrategia a una parada no estaba de acuerdo, pero fue convencido. "Era medio segundo más lento que Lawson y si me quedaba ahí enganchado, cada vuelta ganaba medio segundo, medio segundo, y cuando me preguntaron que cuándo parábamos, dije: "cuando pare él", porque si me dejáis a mí solo, no tengo este ritmo. Hoy hemos sido la prolongación de Lawson". Cuando en dos ocasiones se quedó sin DRS, con Hadjar y Bortoleto al final, el ciclista quedaba desnudo y sin pedalada, porque sus tiempos cayeron más de medio segundo por vuelta.
LAP 69/70Bortoleto, who's on for his first points finish, takes P7 off Alonso
But the Spaniard retakes the position at Turn 4#F1 #AustrianGP pic.twitter.com/cvzSicg4EN
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Entonces, a Alonso le llegó el aviso. Bien dirigido por su ingeniero en esta carrera. "El coche de atrás es el de Bortoleto. Nueve segundos. Nos alcanzará hacia el final de la carrera. Estará reñido al final". Lo clavó. Con estrategia a dos paradas, Bortoleto alcanzó al Aston Martin en las vueltas finales. El Sauber casi llevaba una veintena de neumáticos más joven. De repente, en las tres últimas vueltas, Alonso perdió la rueda del colega de grupeta, quedando a merced de Bortoleto. Entonces cuando ese ciclista veterano suplió fuerza -o velocidad- con veteranía y oficio.
A falta de dos giros, el brasileño se tiró a por Alonso en la curva 3. Astuto, parecía que este ya conocía el desenlace de antemano. Dejó pasar sin oposición al Sauber para posicionarse con mejor salida hacia la bajada de la 4. Aguantó el primer lance, pero aquello parecía engordar para morir. Entonces, nunca ser doblado por el ganador de la carrera, Lando Norris, iba a tener un sabor tan dulce.
Fernando debriefs a P7 finish in Austria. 🎤#AustrianGP pic.twitter.com/3WsrUWRQSe
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"Creí que se había vuelto loco e iba a adelantar a Norris", reconocía Bortoleto al terminar, alucinando con la maniobra que se ejecutaba ante sus ojos. Alonso parecía que iba a desdoblarse de Norris una vez adelantado por este en la 3, y aprovechando así el DRS. Por dentro, ya casi sin neumáticos. Antes, el británico se había puesto a la estela del asturiano para doblarle, y este le dejó pasar justo para cogerle el DRS hacia esa curva 4. Con la aspiración, la osadía.
Pero Alonso protegía la línea interior y en paralelo con el británico, levantaba un muro para que no pudiera pasar el brasileño, quien recibía del maestro una lección de racecraft en vivo y en directo. "Gracias a Norris, porque pensaba que no me podía defender de Bortoleto, venía mucho más fuerte y justo llegó Norris, bandera azul para mí, bandera azul para Bortoleto, y acabó la carrera, así que sin esa bandera azul hubiera sido imposible".
El abrazo de ambos con sus cascos puestos cerró con gran broche el duelo entre el maestro y su pupilo. La cena que Bortoleto pagaba tras el gran susto en Arabia Saudí era ahora cosa del jefe. "Pagó yo la cena, ¡con el bonus!", remataba Alonso ante las cámaras. Sin duda, Liam Lawson debería también ser invitado. Es lo debido después de una mañana chupando rueda sin dar ni el menor relevo.
El Confidencial